La excesiva identificación de trastornos neuropsicológicos como la dislexia, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastornos del espectro autista, discalculia y trastornos oposicionistas desafiantes, ha tenido consecuencias negativas en la vida emocional y social de los niños en edad escolar, impactando incluso en su vida adulta, afectando su autoestima y personalidad y, en muchos casos, conduciendo a la deserción escolar.
En este contexto de Educación Inclusiva, el rol fundamental del Licenciado en inclusión educativa es identificar, prevenir y eliminar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación plena en la sociedad de las personas con discapacidad o dificultades de aprendizaje, conducta y comunicación. Esto requiere el desarrollo de habilidades profesionales para distinguir entre las manifestaciones de alteraciones neuropsicológicas en el aprendizaje escolar y los errores comunes durante el proceso de adquisición de conocimiento.
Desde la perspectiva histórico-cultural, el aprendizaje se entiende como un proceso activo que depende de la organización de la actividad a través de acciones conscientes, tanto prácticas como psíquicas. Según Luria (1986), las funciones psicológicas se basan en sistemas funcionales complejos, y el análisis neuropsicológico se centra en unidades específicas que trabajan en conjunto para realizar tareas académicas como la lectura, la escritura y el cálculo.
Es esencial que los estudiantes comprendan que abordar los trastornos neuropsicológicos del aprendizaje implica comprender la organización de las funciones psicológicas superiores, la vida psíquica del alumno y el funcionamiento cerebral. Por lo tanto, el diagnóstico debe incluir un análisis neuropsicológico de las acciones escolares para identificar las causas de los “errores” durante el aprendizaje y distinguir entre aquellos que son parte del desarrollo evolutivo y los que se deben a alteraciones en los procesos neuropsicológicos.
Detección de los trastornos neuropsicológicos del aprendizaje
La evaluación neuropsicológica es esencial para comprender los desafíos específicos que enfrentan los niños con trastornos del aprendizaje. Los neuropsicólogos infantiles emplean una variedad de pruebas para evaluar diferentes aspectos del funcionamiento cognitivo y neurológico, lo que incluye pruebas de inteligencia, habilidades académicas, procesamiento cognitivo, atención y evaluaciones emocionales y conductuales.
Esta evaluación no solo identifica áreas de dificultad, sino que también ayuda a entender cómo estas dificultades se relacionan con las funciones cerebrales subyacentes, proporcionando así una base sólida para desarrollar planes de intervención personalizados y efectivos.
En cuanto a la intervención, se enfoca en comprender las dificultades cognitivas y neurológicas específicas de cada niño. Estrategias comunes incluyen entrenamiento cognitivo para fortalecer habilidades afectadas, modificaciones en el entorno de aprendizaje, estrategias de compensación y apoyo emocional y psicológico.
Es crucial intervenir tempranamente en los trastornos del aprendizaje para minimizar su impacto en el rendimiento académico y el bienestar emocional del niño. La neuropsicología infantil permite una detección temprana y una intervención personalizada, mejorando así las perspectivas a largo plazo del niño.
En resumen, la neuropsicología infantil ofrece un enfoque integral para evaluar e intervenir en los trastornos del aprendizaje, con el objetivo de ayudar a los niños a superar las dificultades y alcanzar su máximo potencial académico y personal.